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24 Y el cocinero trajo la espaldilla y la pierna y las puso delante de Saúl.

―Vamos, come —dijo Samuel—, porque esta parte la tenía reservada para ti, aun antes de que invitara a los demás.

Saúl comió con Samuel. 25 Después de la fiesta, cuando regresaron a la ciudad, Samuel llevó a Saúl a la terraza, donde conversó con él. 26 Al despuntar el alba a la mañana siguiente, Samuel lo llamó:

―Levántate, es hora de que te marches.

Saúl se levantó y Samuel lo acompañó hasta las puertas de la ciudad.

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